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Liliana Porter

Buenos Aires, 1941. Vive y trabaja en nueva York

 

Indefensos como nosotros mismos, cuando nos sentimos atrapados por las redes de la memoria y la nostalgia, los muñequitos que forman el hilo conductor de la obra de Liliana Porter actúan como si todo les estuviera permitido, como si no conocieran límites. Pero basta con que se les acabe la cuerda que acciona su mecanismo para que dejen de moverse. Como nosotros.

"El caminante" (2001) remite a esa historia tradicional china en la que el artista acaba entrando en su propia obra, sólo que en este caso junto al artista el espectador entra también. El camino, el espejo, el diálogo y las figuras, incluida la nuestra que se introduce y forma parte de la escena, trazan ante nuestros ojos y nuestro espíritu el camino del conocimiento, la vía hacia la comprensión de lo que llamamos "realidad" y su doble, o simulacro.

 

 

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