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Yolanda
Gutiérrez
Ciudad
de México, 1970. Vive y trabaja en Cozumel, México
Yolanda
Gutiérrez establece un diálogo espiritual con la naturaleza y los
seres vivos: plantas y animales, en los que desvela la fuerza y el
equilibrio que la acción humana habitualmente destruye o ignora. Las
formas plásticas se convierten en ámbito de resonancias cósmicas.
"De
las hojas sólo queda el susurro" (2001) nos introduce en el registro
del simulacro: la naturaleza convertida en artificio, en construcción
humana. La fragilidad y la transparencia de las hojas de las falsas
enredaderas nos llevan a lo que aún queda de la naturaleza. Su resto
poético. Su huella.